#10añoschallenge 2009 - 2019 A veces me arrepiento de haber dejado mi trabajo en Radiónica. Pero creo que no me equivoqué. Si ves esta foto en Twitter entra al enlace en Instagram para leer la historia completa. Era un lío moral de tiempo versus dinero. ¿Qué tanto vale la pena vender nuestro tiempo de vida a un trabajo? ¿Y si el trabajo nos gusta mucho? ¿Y si hacemos algo lindo y útil para la sociedad? ¿Y si gastas tu tiempo en ese trabajo y no ves a tus hijas crecer? A comienzos de 2009 decidí no continuar en Radiónica por el balance entre dinero y tiempo. Mis ingresos disminuirían bastante con respecto a 2008: Tendría que bajar mi contrato por recorte de presupuesto anual de la institución. Además yo debía volver a bajarlo una segunda vez por ser del régimen común de impuestos: allí no me pagaban IVA. Eso significaba que yo tendría que ajustar mis facturas para que además de la retención en la fuente, también el IVA existiera pero saliera sólo de mi bolsillo. La DIAN (Direccion de Impuestos) no acepta como razón "es que por ser contratista del estado en mi trabajo no aceptan pagar el IVA". Así que no quedaba otro remedio que asumir yo solo toda la carga impositiva. Yo no estaba de acuerdo con que el estado me cobrará 2 veces: tendría yo que pagar el impuesto del vendedor (vendía mi tiempo) y además asumir el impuesto que debe pagar el comprador. Pero además, eso me bajaba el ingreso ya 3 veces sin disminuir nada la responsabilidad ni el compromiso de tiempo disponible. Y en el balance de mi vida, preferí invertir ese tiempo en pasarlo con mi hija, que estaba por nacer. Creí, y sigo creyendo, que la radio no me necesitaba tanto como mi hija. Y que pasar las horas anunciando y poniendo canciones, y llenando planillas (sobre todo las planillas), era algo que podría dejar a otras personas, mientras yo vivía el milagro de la vida. De mi vida. Aún me duele haber dejado Radiónica, pero en ese preciso momento fue la decisión correcta. Y ¿Quién sabe? Quizás algún día tenga una nueva oportunidad de trabajar allí.